¿Puede una máquina pensar?

 

El test de Turing es un instrumento de evaluación que se suele emplear para verificar si una máquina puede presentar un comportamiento inteligente similar al de un ser humano o indistinguible de este. Fue propuesto en el año 1950 por Alan Turing, matemático y científico del área de las ciencias de la computación, para poder abordar esta pregunta y buscar una solución.

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 Este test consiste en:

  • Intervienen tres participantes: una persona evaluadora (A), un humano (B) y una máquina bajo prueba (C). La persona evaluadora no está identificada y ocupa una habitación separada de la máquina y del otro participante humano. 
  • El objetivo del humano es convencer a la persona evaluadora de que es humano, y el de la máquina es engañarlo para que piense que también lo es. La máquina debe ser capaz de responder a las preguntas recibidas y participar activamente en la conversación.
  • La evaluadora puede comunicarse con la máquina y con el otro participante exclusivamente a través de texto, sin poder tener información visual o auditiva sobre ellos. Esto se traduce en que la persona evaluadora no puede saber con quién está interactuando, si lo hace con una máquina o con otro humano. 
  • La persona evaluadora hace preguntas y recibe respuestas tanto de la máquina como del otro participante humano. Puede realizar preguntas sobre cualquier tema y los otros dos deben responderlas siempre. 
  • Después de un tiempo determinado de interacción y recepción de mensajes, la persona evaluadora debe decidir cuál de los dos participantes es una máquina y cuál es humano. 
  • La máquina ha pasado el test si puede engañar a la persona evaluadora y hacerle creer que es un ser humano en una proporción significativa de los casos, no pudiendo distinguir entre el humano y la máquina con más frecuencia que el azar. En este caso ha demostrado un nivel de inteligencia indistinguible de la humana.

El test de Turing es importante en IA porque plantea la posibilidad de que las máquinas puedan imitar el pensamiento humano. También genera debates sobre los límites éticos, filosóficos y sociales de la inteligencia artificial, su impacto en la sociedad y nos hace reflexionar sobre nuestra propia humanidad.

Ahora bien, ¿por qué es importante el test de Turing en el campo de la IA?

Su importancia radica en 4 aspectos clave:

  1. Plantea un desafío fundamental sobre la naturaleza de la inteligencia y la conciencia humana.
  2. Constituye un hito significativo que proporciona un marco para evaluar y comparar el rendimiento de los sistemas de IA.
  3. Realiza una comunicación en lenguaje natural (PLN) donde la máquina debe comprender y generar respuestas coherentes en un contexto conversacional siendo muy relevante para el desarrollo de asistentes virtuales, chatbots y sistemas de IA.
  4. Reflexiona sobre el significado de ser humano y su relación con las máquinas contemplando la posibilidad de replicar, en un futuro, las capacidades intelectuales y emocionales.

Sin embargo, el test de Turing también tiene sus críticas y limitaciones, ya que no mide otros aspectos de la inteligencia como la creatividad, el aprendizaje o la emoción. ¿Si la IA puede pasar la prueba, habría alcanzado una inteligencia similar a la humana? De momento no podemos llegar a afirmarlo categóricamente. Se están compartiendo investigaciones que han utilizado modelos (como es el caso de ChatGPT) que es capaz de mostrar respuestas similares a las humanas engañando así a personas evaluadoras con experiencia.